LA IMPORTANCIA DEL CONTACTO FÍSICO 

I parte (0-3 años)

Una “carícia” vale más que 1000 palabras

El amor para un niño pequeño es, sobre todo, contacto cálido, sonrisas y gestos pequeños, pero infinitamente significativos, que les transmiten que son seres dignos de reconocimiento. Una caricia puede más que mil palabras.

El bebé, para su desarrollo, no necesita ayudas pedagógicas o culturales, sino que es más apropiado, simplemente, cogerlo en brazos y disfrutar de él. Las áreas del cerebro que en el futuro serán responsables del comportamiento social, la regulación emocional y el afrontamiento al estrés se desarrollan durante los tres primeros años de vida. Según hayan sido sus cuidados, lo harán normalmente o de forma deficitaria con implicaciones en su conducta social y su salud mental futura.

Conócelo:

–         Las primeras fuentes de placer son el olfato, el tacto y el oído. Sentirse amorosamente en brazos del progenitor es el estímulo más importante para el desarrollo. Las caricias ayudan a regular el sistema nervioso del bebé.

–         También las miradas son importantes. Las miradas positivas son el estímulo más importante para el crecimiento de la inteligencia social y emocional del cerebro. Un gran número de experiencias positivas en los comienzos de la vida da lugar a más conexiones neuronales, es decir, mayor rendimiento y habilidad.

–         Dejar llorar a los bebés y no cogerlos sistemáticamente puede ser una fuente de trauma e impedir que se desarrollen estas áreas cerebrales, pudiendo provocar niños más dependientes, con más dificultades de autorregulación, menos capacidades de afrontamiento a situaciones de estrés y en definitiva, menor seguridad en sí mismos.

–         El vínculo entre madre e hijo se nutrirá de estas primeras experiencias táctiles y sensoriales, un lazo necesario para la supervivencia de los bebés. La madre, física y emocionalmente saludable, aprenderá a escuchar y descodificar las señales de su hijo al estar en contacto con él. El pequeño, por su parte, aprenderá a sentirse seguro cada vez que sus necesidades de afecto y alimentación sean atendidas, e irá adquiriendo conciencia de su propio cuerpo y del de los demás.

–         Aprenderá a confiar en las personas como fuente de bienestar y satisfacción. El desarrollo de un apego seguro posibilitará que el niño inicie más conductas exploratorias y por lo tanto más aprendizaje y enriquecimiento.

–         Debemos atender las necesidades de las madres y de los niños desde el momento del nacimiento. Si una mujer ha tenido un parto difícil, está demasiado fatigada o deprimida, un adulto sustituto, el padre preferiblemente, debe abrazar y acunar al bebé con frecuencia. Si la lactancia natural es imposible, debemos intentar que sea la misma persona quien dé el biberón al bebé mientras lo mira y acaricia.

Los bebés siempre lloran por alguna razón,

necesitan ser atendidos lo antes posible.

TÀNDEM Psicolegs. C/ Sant Miquel 48, Sueca.                                           tandempsicolegs@gmail.com

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